River fue el más grande de la Argentina para llegar a ser lo que es hoy.
Un club devastado con un equipo de jugadores lamentables y un Director Técnico soberbio y caprichoso, que pone como ayudante a su hijo (un intento de jugador frustrado que si no hubiera sido hijo de Ramón, no entraba jamás a una cancha) y que hace jugar a sus amiguitos, jugadores que están en el ocaso de sus carreras, más cerca del retiro penoso que de la gloria, y como si fuera poco, después de un año lamentable, les renuevan el contrato y encima les aumentan el sueldo.
Pero la culpa de todo es de Daniel Alberto Passarella. Un prepotente y pedante, que fue un gran jugador, el Gran Capitán, defensor de River y de la Selección campeona del mundo de 1978, pero como dirigente es LA VERGÜENZA HECHA PERSONA. El único presidente que llevó a River Plate a la segunda división, perdedor en todos los ámbitos en los que prometió ganar. Deja el club con un terrible déficit y con un presente futbolístico PAUPERRIMO
En 1982 cuando jugaba en River hizo una huelga junto al resto de sus compañeros, y después fue sometido a estudios rigurosos para determinar su estado físico...
Algo similar se le tendría que haber hecho en el cerebro para conocer qué era lo que tenía adentro...
No nos olvidemos de que en 1993 Sandokan terminó preso por haber agredido a este caradura cuando era Técnico y el equipo estaba entrenando...
Hoy, después de tanto tiempo y con tanta bronca sólo se me ocurre pedirle perdón a Sandokan.